viernes, 25 de abril de 2014

La moda masculina inglesa de principios del siglo XIX

Me doy cuenta que nos hemos fijado en como visten las mujeres de la regencia, pero y que sabemos acerca de la ropa de los hombres. La moda francesa cambió incluso antes de la Revolución. Los elaborados trajes y pelucas de la aristocracia le dieron paso al estilo más simple y natural del cabello corto. La idealización de las virtudes griegas y romanas se reflejaron en un estilo de moda basado en la ropa y en los peinados antiguos. Durante el Directorio, desde 1795 hasta 1799, las mujeres comenzaron a adoptar una sencilla camisa con estilo de vestido, recogida con una banda o lazo bajo el pecho, que luego caía con una cola corta. Los hombres adoptaron los pantalones en lugar de calzones cortos, después de que los combatientes revolucionarios callejeros fueran llamados "sans culottes", o "sin calzones".

Michel Martin Drolling
Portrait d'un artiste

Los pantalones ajustados con correas de estribo usados junto con un abrigo se convirtieron en los precursores del traje de los hombres como pilar de la moda masculina francesa, aunque los pantalones de satén ​​aún se usaban en la corte y para los bailes públicos. Un chaleco, una camisa y una chorrera, o un paño atado del cuello, completaban el atuendo. Hubo dos estilos principales de prendas de abrigo. La levita que era una capa externa de tres cuartos de longitud o de longitud completa, mientras que el carrick era un abrigo con varias capas de pequeños cabos.

Abrigo de varias capas llamado Carrick

Para vestir al caballero vamos a necesita los pantalones, una camisa, un chaleco y una chaqueta. Y no nos olvidemos de la corbata sería imperdonable. Si el caballero está fuera de casa, necesitará un sombrero y tal vez un abrigo.

George Bryan Brummell, conocido como Beau Brummell, fue el árbitro de la moda en la Inglaterra de la regencia. La nobleza, los poderosos y las mujeres bellas se rendían ante sus dictados. Era un dandy, un exhibicionista, un ingenioso, verdaderamente original, que no dudó un solo instante de su buen gusto por las ropas, ni del deseo de imponer ese gusto a los demás, ni de dejar de gastar parte de su fortuna en su ropa. Abogó por la higiene personal sin falta y se bañaba diariamente, como Cleopatra, en una bañera repleta de leche. A Brummell se le atribuye la creación del traje moderno de caballero vestido con corbata o algún tipo de pañuelo anudado al cuello; también el haberlo puesto de moda.



2 comentarios:

  1. Sinceramente creo que para tener buena pinta en esa época, el hombre tenía que tener un físico excepcional. Esos pantalones no los aguanta cualquier cuerpo.
    Un saludo.

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  2. Si es cierto hay que tener buena apariencia y refinados modales.

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